SUEÑOS DE NAVIDAD

Antonia Robles

Comunidad Los Almendros (La Alberca)

La Navidad es una fiesta que nos invita a amar, a reír, a soñar… Porque significa qué ese Niño que va a nacer en Belén, viene a traernos una buena noticia para los que sufren la pobreza y la marginación. Significa, que viene a construir un mundo nuevo donde exista la libertad, la dignidad, el encuentro, la ternura.

Una noche de luna nueva, soñé que habíamos llegado a la plenitud; construyendo un mundo diferente, en el que reinaban: la justicia, la fraternidad, las diferencias sociales…y que se valoraba y respetaba al otro en su diferente cultura. Soñé que, vivíamos como hermanos y que desaparecieron los muros y las fronteras. Soñé que la tierra era un jardín de muchos colores y que el planeta se había convertido en un hogar para todos.

Cuando desperté de ese dulce sueño, sentí un escalofrío en mi alma, un vacío, que hizo también, temblar mi cuerpo
al contemplar el verdadero mundo que nos rodea; de terribles guerras que lo destruyen todo sin piedad, sobre todo a las personas que tienen que huir, caminando entre las bombas, buscando refugio en otros lugares.

A pesar de todo, llega la Navidad, trayendo a ese tierno Niño qué, nos conduce a forzar un nuevo amanecer: alternativo al conflicto y al desamor; llamando a la cultura de la paz que habita en las personas sencillas, como Maria de Nazaret: que aman, que sirven, que se solidarizan con el que sufre, que irradian bondad, comprensión, reconciliación y paz.

Finalmente proclamo que la última palabra, no la tienen los poderosos ni los imperios, sino el Dios que vino ha hacer justicia en la historia. Creo que la utopía en un mundo nuevo, continúa viva. Todavía hay razón para la esperanza.

Que ésta Navidad, seamos capaces de despertar y soñar. Éste es el principal fundamento para la construcción de un mundo nuevo.

¡FELIZ NAVIDAD!