Lo nuestro es servir

5 de Noviembre de 2023

Evangelio según MATEO 23, 1-12

 

Entonces Jesús, dirigiéndose a las multitudes y a sus discípulos, declaró:

– En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos. Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo…, pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen. Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo. Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto: les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas, que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame «Rabbí».

Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar «Rabbí», pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos; y no os llamaréis «padre» unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo; tampoco dejaréis que os llamen «directores», porque vuestro director es uno solo, el Mesías. El más grande de vosotros será servidor vuestro.

A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.

 

– o- O – o –

Lo nuestro es servir.

Jesús nos llama a la responsabilidad, a la humildad y al servicio. Primero, nos llama a la responsabilidad, invitando a sus oyentes a hacer lo que les dicen sus dirigentes, pero sin imitar lo que hacen, porque dicen y no hacen, no dan buen ejemplo. No podemos rezar, por ejemplo a Dios padre, y luego vivir como si el prójimo fuese un desconocido. Por eso nos llama, en segundo lugar, a la humildad, a la verdadera humildad que reconoce todo lo que somos, nuestra altísima dignidad humana y cristiana, pero sabiendo que es un regalo de Dios.

Lo que no tiene nada que ver con la falsa humildad de quienes aceptan la adulación sólo “por la dignidad que representan” (no os dejéis llamar padre, ni maestro, ni señor). Las dignidades no son, ni deben ser, pretexto para privilegios y discriminaciones, sino estímulo para servir y ayudar a los demás. Por eso, y en tercer lugar, nos invita a servir. Para eso vino Dios al mundo, no para hacerse servir, sino para servir y dar la vida. Por eso debemos luchar con todas nuestras fuerzas para destronar el ídolo de un sistema, que se ha erigido en señor de este mundo, al que se sacrifica el futuro del planeta y al que se inmolan diariamente millones de pobres. El culto que Dios quiere, que ayudemos a la salvación y felicidad de todos.

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