HACIA UN MUNDO MEJOR
A propósito de las Bienaventuranzas
JUAN ESCÁMEZ-SÁNCHEZ y RAMÓN GIL-MARTÍNEZ

Los cristianos católicos parece que están perdiendo la partida de la aceptación de la fe por la sociedad española. Eso dicen las encuestas sociológicas sobre la religiosidad de la población, la asistencia a los lugares de culto y la participación en los sacramentos. Los datos son tozudos: 1) el 40 % de los españoles se declara creyente frente al 90 % que se declaraba hace unos pocos años; 2) las iglesias, que estaban llenas en la celebración eucarística dominical, ahora están casi vacías con la participación de personas de edad avanzada y de algunos pocos jóvenes; 3) los bautismos y los matrimonios religiosos caen en picado; 4) la mayoría de los seminarios han cerrado y se han reestructurado por falta de candidatos; también los conventos dedicados a la vida contemplativa.

¿Descreídos? Puede ser, aunque nos parece un diagnóstico equivocado. Consideramos más acertada la constatación de un cambio profundo de los contextos sociales en los que:

1) las creencias religiosas se viven de modo diferente a cómo se vivían; 2) muchos cristianos experimentan, acertadamente, su fe como un don gratuito del Espíritu Santo y no como una constatación sociológica; y 3) la realidad española actual está conformada por no creyentes y creyentes de plurales sensibilidades religiosas. Además, el desarrollo de la ciencia y de las tecnologías, las nuevas estructuras mundiales del poder económico y político, y el acoso al que sometemos a la naturaleza, hacen de nuestro mundo un lugar lleno de incertidumbres y riesgos, más que de las certezas y esperanzas que brindan las religiones.

Ante esta situación, hemos vuelto la mirada a la persona y al mensaje de un judío de Galilea, Jesús de Nazaret, que se presentó hace dos mil años como el cumplimiento de las promesas de Dios a Abraham para la instauración del reino de Dios y la salvación del mundo. En concreto, hemos reflexionado sobre las bienaventuranzas que ofrecen los evangelistas Mateo, en el Sermón de la Montaña, y Lucas en el Sermón de la Llanura. Y nos hemos hecho tres preguntas: ¿qué significan?, ¿tienen algún sentido hoy?, y ¿cómo pueden mejorar el futuro? De esos interrogantes trata el libro.

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