En búsqueda de un lenguaje nuevo para la fe cristiana
Autor : Fidel Aizpurúa Donazar
Editorial: Ediciones feadulta
El lenguaje sin libertad se convierte en un fósil, síntoma de una vivencia cadavérica de la realidad. Aferrarse, con uñas y dientes, a lo heredado como argumento de valor principal del lenguaje es poco menos que argumentar desde la muerte. En libertad, el lenguaje se convierte en semilla de posibilidad y esperanza, como todas las realidades vivas.
Una de las tareas más arduas del lenguaje religioso es pretender construir algo nuevo sobre un cimiento que ya no se tiene en pie, pero que está ahí. Los viejos componentes del imaginario religioso, en los que ya no se cree pero que siguen presentes, dificultan mucho la posibilidad de una manera distinta de hablar de Dios. Hace falta creatividad, sobre todo en las catequesis infantiles, para no verter deliberadamente conceptos religiosos que se sabe, a ciencia cierta, que habrá que desechar al llegar a la adultez.
Un lenguaje dialogante tiene más posibilidades de acercarse a la verdad, mientras que un lenguaje indiscutible tiene el peligro de sacralizar los propios intereses.
Es preciso reinventar continuamente el lenguaje para adecuarlo al paso de la historia. Para ello habrá que perder el miedo a la duda, al error e, incluso, a la herejía.
Fidel Aizpurúa Donazar es Hermano Menor Capuchino y vive en la parroquia de Valvanera de Logroño. Estudió en Lovaina y se doctoró en Vitoria (2015). Acaba de publicar en Verbo Divino (Estella) Lecturas alternativas del Nuevo Testamento (2024) y en Fe Adulta publicó en 2021 Aún es tiempo.